domingo, octubre 18, 2009


El joven y la Rosa

Mi historia no puede comenzar con un "Erase una vez..." ya que estoy aquí, observando en la quietud lo que me entregan. Hoy es mi primera noche sin estrellas, me encuentro aquí en aquel lugar donde me haz dejado. Día tras día he podido ver como mi alrededor está haciendo colapsar mi frágil escudo de porcelana, ya no puedo controlar las reacciones de mi cuerpo golpeado, sólo dejó que me hagan un mal menor, para luego intentar sanar.

Soy una pequeña flor, la cual conociste ingenua y débil. En mi corazón no existía maldad, pero debía defenderme a como de lugar, por ello antes de conocerte forjé en mi, pequeños cuerpos los que valientemente me ayudarían, dando una imagen de una flor feroz, pero no era más que una pequeña rosa con cuatro espinas escondida en una burbuja. Y yo que me creía terrible proyectando aquella imagen. -sonreí-.

Antes de conocerte fabricaba y fabricaba arduamente cada una de aquellas pequeñas que me ayudarían a escudarme del mundo, de la maldad de la gente, de su insensatez y egoísmo, pero habían otros que me cuidaban pero que sin más llegaban a sacarme cada uno de mis pétalos y rasgaban mi cuerpo.

Antes de ti, nadie logro preguntarse si era necesario saber por qué. ¿por qué me esforzaba arduamente en querer tener un escudo que muchas veces no serviría de nada?, pues no hasta ese entonces nadie se pregunto, ni siquiera saber por que sentía que aquel ambiente era una hostilidad para mi.

Pero bueno, se que mi vida tiene una importancia, entrego aquel aroma que tanto te agrada, te entrego belleza y suavidad, pero creo que para otros no importa y no tiene mayor relevancia...pero tu mi amigo, si tu mi amigo lo pudiste ver, viste mi escencia, siendo muy bello para mi pequeño corazón.


Todos los días que has entregado para mi cuidado han sido los más especiales, los más queridos, consideré que yo era única para tu mundo, que sólo existía yo, pero en nuestra última conversación me has dejado aquí, por que te he tratado mal y abuse de tus cuidados, ya no debes quererme, ni siquiera pensar en mi.

Mi vida es corta, y como no se si un día volveremos a ver mi pequeño amigo aquí te entrego una historia que ha pasado en aquel pequeño mundo en el cual ambos vivíamos.

Un día estando medio desvelada logré divisar en la lejanía una mujer, desde donde estoy se veía enorme, parecía algo triste, no sé por qué...-cuando llego a mi, que no crees!! pense que me iba pisar mis hojas. Quería gritarle -¡NOO!, no me pises, no mis hojas, son delicadas y tardan en crecer, no me pises por favor que no soy una hierba, pero tenía temor a que se asustara con mi imagen de flor feroz.

Pero, cuando ya estaba casi encima me quedo viendo, y con una de sus manos acarició mis pétalos, y cuando le iba agradecer por su cariño e
lla se marchó. Me di cuenta de que era una joven que admiraba a las flores que gustaba de su aroma. Al tiempo de verla todos los días pasar por el camino del bosque, siempre me quedaba mirando, debo ser hermosa y distinguida por que siempre se detiene a verme.

Un día al acercarse a mi me comenzó a cantar, yo estaba muy contenta de que me hiciera compañía, Oh! no pude resistir y la salude, ella se sorprendió de que nosotras las flores pudieramos hablar yo me reí, le dije que yo era una flor feroz y que tuviera cuidado con mis cuerpos puntudos que podrían hacerle daño y ella me quedo viendo como si fuera una ternura y me ha dicho pero si pareces tan débil y marchita, me haz llamado la atención por que te veo triste -Que yo me he quedado sorprendida con lo que la joven me decia.-


-...Y yo creyendo que era hermosa.-...Me he colocado triste -ella me ha dicho- por que te has colocado triste, yo te quiero cuidar finalizó.

Yo le he dicho -Cuanto lo siento señorita, pero creí que me encontrabas hermosa y me he desilucionado de mi.
la niña me ha dicho - eres hermosa, pero tienes tristeza en tus pétalos de rosa.-

Soy una flor, una rosa, vez tengo mis espinas y mis pétalos de color rojo. Pero estoy sola aquí esa debe ser mi tristeza, pero descuida soy una flor feroz, me defiendo de orugas y cuanto bichito intente atacarme, pero soy muy amiga de las mariquitas que me traen rocio todas las mañanas.

Una mañana a llegado un con hombre, al cual habia visto en otras ocaciones, el sanaba pequeñas al igual que yo, recupero a las petunias de una peste horrible, salvo a las fuccias de terribles orugas, pero conmigo nunca había interactuado.

No como tu lo hiciste, un día igual que él te me acercaste, pero tu me defendias de todo mal que pudiera hacerme daño, para ti me sentía importante, única en el mundo, que sólo exista en tu planeta. Pero un día te enfadaste conmigo y nunca más regresaste, aun recuerdo aquel dia donde nacieron mis espinas y sangraste. - creo que si alguien hoy me hace desaparecer, en cualquier instante de esta vida, no podrás saber lo arrepentida que estuve aquel día y nunca podré decirte todo lo que te quise.

Aquel día que llegó la chica con el hombre, estos conversaban pero no podia saber que decian, me hicieron cariños y me regaban todos los días. Una mañana llego él sólo y conversaba conmigo y me decia que cuando era más joven el tenía una pequeña flor, asi como yo roja y muy alegre, pero que un día tuvo que irse y no ha podido volver a su pequeña por que no ha encontrado rastros de ella, piensa que se la ha comido alguna bestia del bosque, siempre me dice, que no existe más que un ejemplar entre millones de aquella flor, que su belleza es motivo suficiente para que al mirar las estrellas, la recuerde y sea feliz.

Él se ha quedado viendo el bosque en profundidad diciendo -Mi flor está allí, en alguna parte-.

:::Continuara::::