lunes, octubre 19, 2009



El Joven y La Rosa (2º parte)


Hoy el cielo esta hermoso, las estrellas están brillando junto a una luna que deja entrever su sonrisa, yo quiero que me conoscas y me recuerdes, tal vez cuando leas mis recuerdos y anécdotas ya no estaré.

Estoy aquí donde vivíamos recueras, esta isla de grandes parajes, de lindos bosques que me contabas recorrer. Recuerdo cuando me has dicho que te haz topado con un gran rebaño de animales que yo encontraba enormes, para mi eran mucho más terrible que las orugas, aquellas temibles bestias come hojas. Que tu bien llamabas ovejas.

En tus pláticas me imagine de ésta isla, un lugar hermoso, de grandes montañas, manantiales donde se encontraría algun familiar, pequeñas rosas blancas, rojas, rosadas, besitos; quienes son mis pequeñas hermanas.

Esta noche me cae rocio, me lo han traido mis amigas mariquitas, tan sublimes con su color rojo y pequeños puntos de color negro. Se han alegrado al verme más contenta, pero me han traido tu recuerdo de aventuras en el mar, donde te agradaba nadar y nadar, dando revolcones en las olas terminando agotado -sonrío-.

Llegabas cerca de mi agotado, posabas tu cuerpo junto al mío y te quedabas dormido mirando el cielo mientras yo con mis pétalos acariciabamos tu piel hasta que la luz se escondia.

Cómo extraño tu compañia...-pienso-. Debes estar ocupado en aquel sitio que me haz contado una vez, lleno de hermosos edificios, plazoletas y con gente como tu. O tal vez haz querido salir de ésta isla para encontrar un lugar mejor para ti para no recordar el dolor que un día me atreví darte a ti.

Ya es casi de mañana y no me atrevi a dormir, no quiero soñar de ti. Quiero volver a encontrarte y decir que soy, que soy una pequeña flor que cometió un error, pero que te ama con frenesí. Tus suaves caricias que toques más hermosos -en aquellos recuerdos bellos de amor, cayendo la rosa se encuentra, no ha existido rosa mas terca. En su ensueño relaja sus pétalos enamorados-.

Al despertar por entrada la media tarde, la pequeña rosa es visitada por el joven amigo que quiere sanar sus hojas tristes.

Hola mi pequeña rosa como has despertado -le ha dicho el joven-
Muy bien me he quedado desvelada pensando en alguien especial...Disculpa, cual es tu nombre que no nos hemos presentado, - Mi nombre es Gabriel- y el tuyo pequeña rosa, le ha preguntado.

Mi nombre...no tengo un nombre, sólo soy una simple rosa entre muchas. -pero el joven le a recalcado-

Pero si eres una rosa hermosa, algo triste, y si tienes alguien especial en quien pensar seguro es como mi flor, la cual te platique que es unica entre muchas y que en algun lugar la encontrare a mi espera.

Si mi querido cuidador, pero alc recer estos cuerpos que me defienden de las temibles orugas deje herir a esa persona especial para mi que un día dejo de veni a verme, desde ese entonces que mis hojas han perdido su brillo. -Al escuchar a la pequeña flor, el amante de flores, ha recordado como cuidaba a su pequeña, y la falta que le hacia.-

No te preocupes, yo te cuidare hasta que puedas encontrar a tu amor, si a el le importas sabra que tu no lo quisiste herir y vendra en tu busqueda.

Con ello la rosa ha dejado que él le cuide sus hojas y pétalos, ha bebido de sus brebajes para fortalecerse, se siente enamorada de su amado y espera que regrese para poder conversar de todo lo sucedido, haciendose sentir que nunca se hicieron falta. Por qué el debe estar en algun lugar fuera de la isla pensando en ella. En su pequeña rosa, en su pequeña de porcelana.

:::Continuara:::